domingo, 7 de noviembre de 2010

THE DANGEROUS OTHERS/ Sophie Body-Gendrot

En este texto, Sophie Body expone cómo la definición de la violencia urbana y sus posibles causas se han desarrollado en las últimas dos décadas. Su estudio se enfoca, principalmente, en Francia y Estados Unidos, donde el control institucional se ha desarrollado, pero de manera opuesta.

De acuerdo con Sophie Body, "el crimen es lo que la sociedad decide que sea [...] de tal forma que,  las "clases peligrosas" han sido definidas de manera arbitraria por las instituciones".

Ahora bien, con base en este texto, trataré de diferenciar, a continuación,  la criminalidad en Estados Unidos, Francia y en México.

ESTADOS UNIDOS:

La forma de abordar la violencia urbana en Estados Unidos tuvo un cambio de paradigma con Reagan, ya que el crimen empezó a gestionarse y se establecieron indicadores. En este país, encontramos formas heterogéneas de las políticas de criminalización, pues cada Estado aplica políticas diferentes, es decir, las políticas son abordadas de manera local debido, sobre todo, a que es un sistema federal desde sus orígenes.

De igual forma, si tomamos en cuenta el factor de integracón, podemos decir que al modelo de Estados Unidos le cuesta mucho la interracialidad, pues, si bien es cierto que la idea es "te integras y sigues teniendo tu identidad",  también es cierto que las diferentes identidades se "subordinan" a la american way of life.

Uno de los aspectos más importantes del modelo estadounidense, a mi juicio, es que la educación es laxa, es decir, en Estados Unidos no existe un sistema nacional de educación, por lo tanto, el gobierno Federal no administra las escuelas, sino que cada uno de los Estados cuenta con su propio Departamento de Educación, el cual establece las reglas para los colegios. Los colegios públicos y las universidades reciben fondos de su mismo Estado.[1]

Respecto al punto anterior, es necesario aclarar que el gobierno estadounidense no influye directamente, pero sí de forma indirecta, por ejemplo, segmentar a la sociedad afecta la forma en que se ve a la violencia, o bien, el fomentar determinado tipo de ayuda.

Es necesario mencionar también que en Estados Unidos existe un proceso de criminalización de los afroamericanos, pues, a pesar de que los afroamericanos constituyen apenas el 13% de la población, suman el 59% de la población encarcelada por delitos relacionados con el tráfico de drogas, de acuerdo con cifras de la Drug Policy Alliance. [2]

Debe tenerse también en cuenta que la mayoría de las personas que están en las cárceles de diversos países del mundo por delitos relacionados con el tráfico de drogas son pobres y pertenecen a minorías étnicas.

La activista por los derechos civiles Deborah Peterson Small, ex directora legislativa del Sindicato de Libertades Civiles de la Ciudad de Nueva York, ha estudiado este fenómeno a través de los años y ha concluido que la llamada guerra contra las drogas ofrece a los gobiernos la excusa perfecta para ejercer control social sobre ciertos grupos poblacionales: pobres, minorías étnicas, jóvenes e inmigrantes, entre otros. [3]

Podemos decir, por último, que en el caso de Estados Unidos, su modelo no tiene ninguna definición de identidad que no deje a nadie fuera de ella.

FRANCIA:

En el caso de Francia, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, las políticas de criminalización son abordadas desde un nivel nacional.

Respecto al factor de integración, en este país ,las políticas de integración para los inmigrantes son muy fuertes, por ejemplo, en los libros de texto de las escuelas se expone una sóla historia, la francesa, pues lo que se pretende es que todos sean franceses, además del estudio de la lengua francesa en las escuelas.

Podemos decir que, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, en Francia no tienen otra nacionalidad más que la francesa, de ahí la laicicidad en las escuelas.

Ahora bien, en Francia existe un proceso de integración de los argelinos, que son la población inmigrante mayoritaria, pero, al mismo tiempo, existe un proceso de criminalización hacia ellos.


Durante 500 años, la población gitana ha sido criminalizada por el simple hecho de ser gitana, un proceso que ha sido similar en casi todos los lugares de Europa. Algunos de los rasgos de la comunidad gitana, son un claro reflejo de los mecanismos de supervivencia o resistencia que han tenido que esgrimir a lo largo de la historia de la persecución y criminalización.

La Unión Socio-Educativa Tzigane d´Aquitaine, en Francia, en uno de sus informes, mencionaba: "No tenemos datos de las cárceles francesas, pero sí sabemos que hay sobrerepresentación en el ámbito local de mujeres gitanas encarceladas, y que no existen programas de reinserción o alternativas a la cárcel para ellas".[4]

Entonces, como podemos ver, tanto en Francia como en Estados Unidos el modelo tiene fallas y, aun cuando se pretenda tener una sola identidad como en el caso de Francia, la realidad es que no existe una definición de identidad capaz de englobar a todas las otras identidades.

MÉXICO

México es un país nacionalista y este nacionalismo no crea conflictos, por ello, el tema de la integración no resulta tan importante como en el caso de Francia o en el de Estados Unidos.

La intención de la Constitución de México es, en principio, una Identidad Repúblicana para todos, lo cual no molesta a nadie.

Ahora bien, desde mi punto de vista, el modelo produce determinados tipos de violencia, pues la idea de integración es siempre conflictiva y se relaciona con las comunidades.

En México, me atrevería a decir, la violencia se halla deslindada del aspecto racial, má bien, se halla relacionada con la clase a la cual se pertenece, entonces, existe un proceso de criminalización de la pobreza.

Hace poco menos de dos años, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) señalaba que la criminalización de la pobreza persistía en nuestro país y que, por ejemplo, se habían recibido denuncias contra jóvenes banda quienes habían sido detenidos por usar jersey o de muchachos de Álvaro Obregón, Iztapalapa y Cuauhtémoc que habían sido detenidos sólo porque estaban en la calle. [5]

Además, en 2008, la población penitenciaria rondaba las 35 mil personas y con base en las estadísticas elaboradas por la CDHDF, 60 por ciento “eran muchachos de barrios pobres de la ciudad”; 40 por ciento fueron privados de su libertad por delitos menores a los 2 mil pesos y 30 por ciento aún no recibían sentencia.

En la actualidad, las cosas siguen el mismo rumbo y tal parece que nuestro sistema de justicia más que castigar el delito, castiga la pobreza, ya que el sobrecupo en las cárceles se debe, principalmente, a que el 40% de la población penitenciaria no ha recibido sentencia aun  y, en muchos casos, los delitos cometidos fueron menores.

Finalmente, para junio del año en curso,  de acuerdo con cifras oficiales, la mayoría de la población recluida en las entidades federativas tiene condenas por robos simples, 25 por ciento de ellos menores a mil pesos; 50 por ciento de menos de 6 mil, y sólo cinco por ciento por más de 75 mil. [6]


FUENTES:
[1].- Educación en los Estados Unidos, consultado el 04-11-2010, [en línea], Dirección URL: http://www.scribd.com/doc/3296867/Educacion-en-los-Estados-Unidos
[2] [3].- COMUNIDAD SEGURA. Guerra a las drogas: una persecusión racial y social, 12-01-2010, [en línea], consultado el 04-11-2010. Dirección URL:
[4].- Procesos históricos de persecución y criminalización de la población gitana e identificación de lo gitano con lo criminal, [en línea], Dirección URL:
[5].- CDHDF: Persiste criminalización de la pobreza; [en línea], Dirección URL:
[6].- EL UNIVERSAL, PAN urge agilizar condenas por delitos menores, 13-junio-2010, [en línea] Dirección URL:

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